Reflexionar es mirarse a sí mismo, es ese momento en que te sientas a mirar tu vida pasada e imaginar futuros. Es el momento en que las experiencias se hacen sabiduría, donde visualizas tu futuro y te enfocas en lo que buscas. Es el lugar en dónde eliges la siguiente experiencia.
En la reflexión estás contigo mismo, te sustraes del mundo y toda gira en torno a las cosas vividas que se transforman en recuerdos, pero también en fundamento para lo nuevo por vivir. En este momento organizas tu mundo interno, la vida vivida y visualizas el futuro.
La reflexión evita que lo que hagas carezca de dirección, pero, sobre todo, permite elegir libremente y con conciencia. Hoy vivimos en un mundo que no deja espacios para reflexionar.
Muchas cosas nos distraen y cuando nos damos cuenta, el tiempo ha pasado, sin que logremos integrar nuestras respuestas y reacciones. Esto te permite tomar de nuevo tu camino, ya que es el modo cómo diseñas tu vida y haces saber tu pasado.
Por: María Sanz, psicoanalista
@mariasanzm
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