Los hábitos son rutinas, acciones y respuestas que se han puesto en marcha después de haber sido probadas y reconocidas, no requieren de ser evaluadas, juzgadas y elegidas. Estos son respuestas automáticas que dan soporte a la vida diaria, permitiendo percibir, decodificar, evaluar y elegir otras experiencias.
Los hábitos en sí mismos mantienen circuitos de recompensa, no demandan que nos involucremos conscientemente en la respuesta.
Intentar romper estas rutinas puede crear ansiedad porque es una forma de cuestionamiento de lo que sostiene nuestras creencias sobre nosotros mismos y la vida, ya que puede involucrar cadenas de hábitos que se han entrelazado. El problema de estos es que no son cuestionados ni actualizados, por lo tanto, las respuestas automáticas se quedaron en momentos de la vida donde no disponíamos de mejores vías de solución. Los hábitos se siguen cumpliendo a diario, mientras la vida sigue corriendo, a veces sin pensarse
Y ¿entonces? ¿Cuándo sería bueno cuestionarlos? Cuando nuestras vidas se mantienen dentro de rutinas automáticas y hemos perdido la espontaneidad…
Por: María Sanz
@mariasanzm
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