Hablar de magia, es pensar en fantasía, en un mundo surreal de seres míticos como, unicornios, dragones, magos y hechiceras.
Donde suceden sucesos milagrosos que de pronto aparecen en nuestras vidas llenándonos de todo aquello que siempre soñamos alcanzar, pero sin ser capaces de conseguir por nuestros propios medios.
¿Pero te has preguntado alguna vez por qué pensar en fantasías inalcanzables?
Muchas personas piensan que el psicoanálisis no tiene espacio para fantasía y es cierto, pero debemos recordar que nuestra percepción del mundo es subjetiva, ya que está formada de experiencia, códigos referentes aprendizajes y reflexiones que nos llevan a mirar el mundo de forma particular. Si es así entonces ¿Qué nos impide dejar entrar la magia a nuestras vidas?
Nuestra percepción está dirigida a aquello que nuestro pensamiento y emociones la urgen, muchas veces buscando encontrar el error, la amenaza o la triste realidad. Una de las funciones centrales de nuestra corteza es construir soluciones ante cualquier problema que se nos presente, ya sea de carencia, amenaza o riesgo a nuestra integridad
¿Cuántas veces al día te detienes a mirar a través de la ventana solo para contemplar la abundancia? Podrás preguntar qué a qué me refiero con esto, pues a través de tu ventana puede ser que veas cosas que te disgustan y otras que ames. Este simple ejercicio te ayuda a bajar la ansiedad, la sensación de desamparo, la vulnerabilidad y te ayuda a reconocer que el horizonte es más grande que lo que imaginas antes de asomarse la ventana.
La magia está en encontrar lo que hay detrás de las cosas, eventos, sucesos, personas y experiencias, esto te ayuda a descubrirte a ti mismo.
Por: María Sanz, psicoanalista
@mariasanzm
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