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Foto del escritorMaría Sanz

Construyendo Espacios en las Relaciones Interpersonales.




¿Qué? ¿Cómo es eso de construir espacios? ¿A qué nos referimos?

Construir espacios es abrir posibilidades de interacción con otros… Espacios que permitan acercarnos, que permitan aprender, que permitan reconocernos en el espejo que los otros nos proporcionan, pero sobre todo, espacios para compartir.

Las personas que nos rodean nos permiten vivir, construir, crear, contrastarnos y soñar con nuevas cosas… Nos abren los ojos a realidades siempre nuevas con potenciales infinitos…

Solamente piensa en esa conversación que tienes con los amigos, la pareja o la familia, en la que les comunicas lo nuevo que te ha sucedido, ya en el día, ya en el tiempo en que no se han visto, y la cantidad de cosas que viviste y quieres que ellos conozcan… Y ¡qué decir de lo que ellos te cuentan! ¿no es cierto que resulta divertido?

Nos divertimos porque queremos ampliar nuestras fronteras de conocimiento y experiencia, imaginar nuevas realidades para vivir y disfrutar, saber que es posible generar nuevas ideas, tener nuevos sueños y poder dejar de repetir lo que ya hemos vivido para que lo nuevo entre en nuestras vidas.

Dentro de las ideas que plantea la sociedad actual, se valora de manera muy importante la independencia… Cierto, independencia, independencia para no tener que atar mis sueños a los de alguien más, independencia para tener mi propia agenda, independencia para ser dueño de mis logros, pero… siempre hay peros,… confundimos independencia con aislamiento.

Aislamiento es no tener contacto, es dejar de relacionarme con otros y por lo tanto, dejar de nutrirme con su presencia y con sus vivencias…

Triste, pero parece que cada vez vivimos más aislados, aunque seguramente pensarás, que vivimos con más recursos para enterarnos de lo que hacen los demás… Ahí están, por ejemplo, todos los medios, o de las tecnologías de información, y por supuesto todo tipo de aparatos y «gadgets» de comunicación, … ¿y que me dices del contacto? ¿de poder experimentar a otro a través de todos mis sentidos? ¿de constatar que existe? ¿de disfrutar de su presencia? ¿de disfrutarme presente?




Somos seres gregarios, es parte de nuestra naturaleza, y aún cuando los teóricos de grupos aseguren que se trata de una respuesta a nuestra condición de vulnerabilidad y al miedo, (que habría que decir que, sin duda alguna es real y es la base de la formación de cualquier grupo), lo cierto es que reunirnos con otros nos ha permitido la delicia del encuentro, la magia de descubrirnos, nos ha dado la posibilidad de, a través del contraste, desear nuevas experiencias y nutrir así nuestro mundo interno, siempre en expansión.

Hoy suena difícil pensar en «construir espacios» porque tal vez estamos perdiendo la práctica, pero construirlos es muy fácil, dado que está en nuestra naturaleza vivir así.

Los espacios de encuentro con otros se construyen cuando queremos provocar esos encuentros, y en situaciones tan simples como establecer un momento del día en que nos podamos reunir, tal vez en una mesa, compartiendo alimentos y vivencias….

Espacios de encuentro son también, los espacios de intercambio de ideas, como pueden ser las aulas o las reuniones entre compañeros…

Los parques, donde no solamente te encuentras con otros, si no que disfrutas de tu cuerpo y de la naturaleza…

Y cómo dejar de lado el encuentro con amigos, con un café, en un encuentro que deleita el corazón, el alma y los sentidos…

Hay posibilidades infinitas, solamente hay que proponerse abrir de nuevo la vida, imaginando y creando, esas formas de mantenernos en contacto para estar cerca, aprender, reconocernos y compartir…

Al final compartir es reconocerme abundante y dador, y reconocer al otro también, abundante, generoso, vivo y motivador…




Por: María Sanz, psicoanalista

@mariasanzm

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